Ayuntamiento de Santander


En este año 2020 en que se ha iniciado ya la singladura que representa la redacción de un nuevo Plan General para SANTANDER, su futuro plan municipal urbanístico (PGS), desde el propio Ayuntamiento santanderino y, en concreto, desde su Concejalía de Urbanismo, se propone por primera vez la realización de una actividad urbana tan sencilla como la de un PASEO por la ciudad en recuerdo de la fecha de nacimiento de una mujer, que no era arquitecta sino periodista, pero que representó la imagen del urbanismo neoyorquino de los años ‘50 y ‘60 del siglo XX con su activismo frente a las posiciones de la administración de la ciudad.

Se trata de JANE JACOBS, nacida el día 4 de mayo de 1916 en Pennsylvania, aunque residente en la ciudad de Nueva York [USA] desde 1935 y hasta 1968, en que se trasladó a Toronto [Canadá] con su familia, ciudad en la que murió en 2006.

JANE JACOBS supo entender la importancia de la vida real en las calles y los espacios públicos de su ciudad, y le dio la máxima trascendencia urbanística al conocimiento de los patrones de esa vida cívica, común, en las calles, en los parques y las plazas, en el espacio público, en suma, como punto de partida para poder modelar un urbanismo realmente operativo y social, que pudiera dar soluciones reales (y no solo de proyecto de Escuela de Arquitectura) a los problemas de los barrios que ella misma bien conocía. Su lucha empezó en el Greenwich Village neoyorquino y allí, en su barrio, supo enfrentarse y ganarle la partida en 1958 al arquitecto que por entonces decidía sobre el urbanismo de NY, ROBERT MOSES. El quería introducir los coches mediante autovías de cuatro carriles en cada dirección (la Lower Manhattan Expressway) penetrando en lo que siempre se ha llamado la [Gran Manzana], pero JANE JACOBS evitó su ejecución y, con ello, la destrucción de numerosas plazas y barrios que habría desfigurado para siempre la imagen de la ciudad. MOSES llegó a llamarles, a ella y quienes con ella se movilizaban y manifestaban entonces, "a bunch of mothers|housewifes" (una panda de mujeres|amas de casa)...

Esta fue su acción más singular pero no la única. Como periodista que era, tenía buen discurso escrito también, y dejó especialmente recogidas sus ideas y consideraciones sobre el urbanismo que ella propugnaba en un magnífico libro titulado [MUERTE y VIDA de las GRANDES CIUDADES AMERICANAS], publicado en 1961, un libro sobre ciudades y urbanismo sin fotografías ni dibujos, de lo que ya se avisaba a su inicio señalando que "las escenas que ilustran este libro están a nuestro alrededor. Mirad, por favor, con detenimiento a las ciudades reales. Y mientras miráis, también podríais escuchar, quedaros un rato y pensar en lo que veis". Sin duda, todo un alegato de sensatez.

Pues desde este punto de inicio, y desde la recomendación de la lectura de este interesante libro sobre las ciudades (a través de NY como referencia), es de donde surge la iniciativa de realizar un PASEO de JANE o, más bien, de ir [de PASEO con JANE] en un recorrido por una parte de la ciudad de SANTANDER, con unos objetivos tan sencillos como mirar a nuestro alrededor, escuchar los sonidos de la ciudad, estar allí un rato, compartir los conocimientos personales sobre esa parte de la ciudad con quienes nos acompañan, y seguir caminando y compartiendo el espacio cívico, la calle, con otros paseantes y gentes que vayan con nosotros o con quienes nos cruzamos.

La actividad se encuadra en la iniciativa de los JANE's WALK  que, desde 2007 en Toronto, se vienen realizando en numerosas ciudades del mundo como homenaje y recuerdo a la figura de esta mujer cuya relevancia en el urbanismo actual no ha dejado de tener peso e influencia desde sus acciones en el Greenwich Village de NY hace ya más de sesenta años. 

No hace falta mucho más... Evidentemente, cuando dos personas se juntan para cualquier tipo de acción, existe ya un enriquecimiento común que, en el caso de este [de PASEO con JANE], tendrá todavía mucho más retorno porque el conjunto de asistentes|andarines será más numeroso y, si bien habrá una serie de puntos concretos del PASEO con alguna explicación o relato previstos, cualquiera de los paseantes podrá tomar la palabra siempre para contar su conocimiento del lugar y hacer a los demás partícipes de ese conocimiento, a veces no oficial sino privado, íntimo, de experiencias personales o de relatos familiares, de anécdotas allí sucedidas o de inspiraciones sugeridas. Se trata de que la ciudad, esas partes de la ciudad que se visitarán, vayan siendo más próximas para todos y que la proximidad sirva para aumentar tanto la vinculación a ellas como, acaso, incluso el orgullo de pertenencia a la ciudad en su conjunto.

[de PASEO con JANE] no pretende nada más... ni nada menos, puesto que alimentar sentimientos y conocimiento no puede entenderse sino como una tarea indiscutiblemente ardua pero cuyo retorno hacia la persona sin duda que será siempre enriquecedor o, al menos, eso es lo que se pretende.